sábado, 17 de enero de 2015

Ciutat Morta (homenaje a Patricia Heras)

Hoy, día 17 de enero de 2015, a las 22'25h, podremos visualizar en Tv3 el tan esperado documental del 4F, no sin tener que aguantar la presión ciudadana al ver incumplida la palabra del canal catalán.
Parece curioso, sin embargo, que al final se emita por el Canal33 y no por Tv3 directamente. De alguna manera me queda la sensación que Tv3 cumple de refilón con su palabra. Quizá era demasiado pedir que la pusieran directamente en el canal principal. Supongo que es muy difícil tener que bajarse los pantalones y reconocer que el sistema en el que vivimos está podrido desde las bases y que a Goliat le está saliendo más de un David, harto de vivir en una suciedad de cartón-piedra detrás de la cual se puede visualizar un gran basurero compuesto de dinero e intereses políticos.
Los protagonistas de Ciutat Morta (Xavier Artigas i Xapo Ortega, 2013) son los cinco detenidos el cuatro de febrero de 2006 en una carga policial donde uno de los policías quedó en estado vegetativo por culpa del lanzamiento de tiestos desde los balcones. Si bien fue demostrado que ninguno de los encausados pudo ser el que lazó dicho tiesto, fueron detenidos y enjuiciados.
De los cinco destacarán dos de ellos en concreto: por un lado, Rodrigo Lanza, que contaba con veintiún años y al que le han despojado de siete años de libertad pero que tanto él como su madre se han dedicado ferozmente a denunciar el hecho; y Patricia Heras, una mujer de treinta y seis años que cometió el terrible "error" de acompañar a su amigo Alfredo al Hospital del Mar para que le curarán una herida por culpa de una caída con la bicicleta.
Allí, en el Hospital del Mar, será donde se encontrarán Rodrigo Lanza y sus amigos, custodiados por la policía, con Patricia y Alfredo. Será allí donde, sin comerlo ni beberlo, Patricia y Alfredo serán arrastrados a un sinsentido de acusaciones, que les llevaría a juicio y posteriormente, a la cárcel.
La historia de Patricia Heras queda reflejada en su blog poetadifunta. No tiene sentido que explique lo que vive, lo que experimenta, pues ella misma bien se vale. En el blog se puede entrever la constante presión que debió sufrir en los meses, primero de interna en la cárcel, y posteriormente con el tercer grado, en los que tuvo que dividir su día a día en dos: la vida fuera de la cárcel y la vida dentro de ella. Cuando lees lo que dejó escrito, entiendes la gran dificultad de conciliar dos vidas en una.
Finalmente, después de meses en esta situación, Patricia decide quitarse la vida. Era el 26 de abril de 2011. Me pregunto qué pensaría al ver que su poesía y su narrativa han atraído a tanta gente; al ver un cine okupado con su nombre y cara; o al ver un documental que hila su argumento con su poesía.
De su blog, lo que más llama la atención es su forma de narrar aquello que le pasaba, por más sencillo que pudiera ser, y hay que leerlo para entenderlo, porque en su propia narración entrevemos a una persona de carne y huesos, como tú, como yo. Y por supuesto, su poesía, que muestra un lado descarnado y visceral. Os dejo uno de sus poemas y en el que muestra todo aquello que perdió por no ser un ciudadano de fábrica. No tuve la oportunidad de conocerla pero sin duda su poesía, sus narraciones, nos acercan a su mundo sin tapujos, dejándonos entrever su dolor.


“Absolución”
He ahorcado a mi inocencia.
Su orgullo adolecido aún voraz no impide que se mee encima,
su belleza efímera,
expira con los últimos latidos suplicantes.
Perdida entre flujos corporales viscosos y detritos.
La he visto patalear rabiosa e indefensa hasta morir,
parecía más humana que yo,
en su rostro desfigurado leo un pánico sumiso y crudo
que me arde entre las piernas…
Le he cortado el cuello a mi ilusión,
la colgué de un semáforo ciego
y vi cómo se desangraba incrédula,
borboteando nerviosa,
vi el dolor brillar muy cerca,
se fue apagando velado tras su mísero destino.
Abro la caja y está vacía.

 Dedicado a Patricia Heras, a su manada, a Rodrigo Lanza, a aquellos que sufrieron algún tipo de violencia policial o conocen a alguien que la sufre. A los que callan ante la narración de un testimonio tan crudo y seguidamente levantan la voz para que no se olvide.

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